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  • Foto del escritorClaudio Ortiz

Richard Wagner en el palacio Vendramin



13 de Febrero de 1883


En esta fecha, hace 140 años, a las 15:45 horas, muere Richard Wagner en el palacio Vendramin (Venecia). E incluso en ese fatal momento el drama estuvo presente en su vida ya que en la mañana de ese día él y su esposa Cósima tuvieron una fuerte discusión. Wagner había pedido a la cantante inglesa Éste se había sentido muy atraído por ella cuando cantó como una de las Doncellas Flor en Parsifal (en Bayreuth). Cósima estaba al tanto de esta atracción y esta invitación generó una violenta escena de celos de su parte. Testigos de esta disputa fueron sus hijos Isolde y Sigfrido que dieron testimonio posterior del hecho. Wagner se aisló en su despacho para trabajar y fue ahí cuando sufrió un severo ataque al corazón. A las 14 horas pidió que comenzaran a almorzar sin él porque se sentía mal y poco después hizo venir a su médico y a su esposa. Cósima lo llevó a un sillón, se sentó junto a él, lo tuvo agonizante en sus brazos, momento en el que un regalo de ella cayó de su bolsillo lo que hizo que Wagner pronunciara sus últimas palabras: mi reloj! Banal como pueda sonar, fueron lo último que dijo. En ese momento Wagner estaba trabajando en un manuscrito titulado “Sobre lo femenino en lo humano” y, lo último que escribió, fue:

»Sin embargo, el proceso de emancipación de la mujer sólo avanza con convulsiones extáticas. Amor – Tragedia.«

De acuerdo a una leyenda que el escritor Franz Werfel describe en su libro »Novela de la ópera«, el 12 de Febrero de 1883 Wagner paseaba por el Canal Grande con sus hijos en una góndola y en un momento se les cruzó otra en la que iba Giuseppe Verdi, el que inmediatamente reconoció a su admirado rival. Según la historia, Verdi decidió ir a visitarlo por la tarde del día siguiente para finalmente poder conocer en persona al Maestro. Pero al día siguiente Wagner moriría y el encuentro nunca tuvo lugar. Interesante y romántica leyenda, pero probablemente solo eso, una leyenda...



Parte de una carta de Giuseppe Verdi al editor Giulio Ricordi (Génova, 15 de febrero de 1883) al enterarse de la muerte de Richard Wagner.



El »Mito en Wagner« y el »Mito Wagner«


Dentro del cosmos Wagner, el mito se puede analizar desde dos perspectivas diferentes: el mito que inspiró su obra y el mito que se ha creado en torno a la persona de Richard Wagner.

El distinguido politólogo alemán Udo Bermbach1, cuyo principal interés se centra en los aspectos políticos y sociales de la ópera, en especial en la de Richard Wagner, plantea esta ambivalencia acertadamente: »¿Qué es, como se crea un mito? ¿Se refiere éste a un hecho circunstancial? ¿A la gran narración de un hecho ocurrido en tiempos muy distantes en el pasado que una y otra vez son repetidos e interpretados por nuevas generaciones, cada vez adornado con nuevos y mayores detalles? ¿Como puede un ser humano alcanzar cualidades místicas, como puede su talento, su genio, su personalidad única en todo sentido, llevarlo a una esfera en que sus espectadores se maravillen, se queden sin habla y lo veneren con asombro?«

Aquí se mezclan sutilmente la definición del mito, esa narración de hechos maravillosos cuyos protagonistas son personajes sobrenaturales y que transcurre en un tiempo primordial, anterior al tiempo histórico, y el mito que representa hoy la figura de Richard Wagner. Y más aventurado aun -pero limitado por la escala del tiempo- sería considerar el mito que él mismo puede haber creado con sus obras maduras, en especial El Anillo del Nibelungo. Pero abordar aquí este tema con algún grado de profundidad es imposible y es bueno que así sea pues, despertar el interés en el tema y abocarse al mismo en la abundante literatura disponible sobre este tema, es la meta que esperamos lograr con estos artículos.

Según Wagner »Lo incomparable del mito es que es válido en cualquier época y su contenido, en cualquier circunstancia, por apremiante que sea, es eternamente inagotable.« Y es aquí donde Wagner comienza su camino de diferenciación fundamental en el proceso de composición de la ópera en general y sus dramas en particular. A diferencia de los compositores la época de la Gran Ópera que utilizaban frecuentemente hechos históricos como material para sus obras, Wagner consideraba que este material era de valor expresivo muy limitado en función del mensaje que él quería hacer llegar al mundo. Y lo era porque, según él, lo que se veía en el escenario solo podía que ser comprendido dentro del contexto temporal propio del acontecimiento histórico referido y por ello no le servía para transmitir mensajes de conflictos no sujetos a una escala de tiempo humana. Para Wagner estos hechos históricos eran prácticamente inservibles si es que se quería plantear problemas del presente en cualquier época. Y ahí se manifiesta el genio de Wagner ya que los mitos solo le fueron útiles como fuente de inspiración inicial; fueron la base sobre la cual introdujo cambios, muchas veces radicales, creando nuevos caracteres, nombres, roles y acontecimientos, para que pudieran contener y transmitir su mensaje, creando con ello sus propios mitos. El Anillo del Nibelungo es un gran ejemplo de esto. Y todo esto con una música excepcional que junto al texto dan una coherencia que maravilla hasta nuestros días.

1 Bermbach, Udo. Mythos Wagner. 2012.


Tip de lectura: »El anillo del nibelungo«


Edición comentada Este libro aparecido en 2021 no es "solamente” una traducción más del Anillo del Nibelungo, tarea igualmente compleja y desafiante. Lo más destacable de esta traducción son los 964 comentarios que su autor, Alfonso Lombana Sánchez, filólogo de la lengua alemana, incluye como pie de página en el mismo. Aunque estos comentarios pueden distraer de la lectura del libreto, en este caso son plenamente justificados y más aún, enriquecedores y tal vez fundamentales para una comprensión más acabada del Anillo. Aportan información que, incluso para conocedores del texto de este colosal drama -y con ello incluimos a quienes hablan alemán como lengua materna -, puede resultar sorprendente y reveladora. Cubren un amplio espectro de temas que cubre aspectos mitológicos, filosóficos, giros y peculiaridades lingüísticas del castellano y el alemán, orígenes de los diversos nombres usados por Wagner en esta obra incluyendo aquellos de su propia invención, ambivalencias, y mucho más. Lectura que ayuda a comprender aún más la profundidad y grandeza de esta obra.


Una mirada a las partituras de Richard Wagner


En nuestro número anterior hicimos la siguiente pregunta: ¿Para cual instrumento escribió Wagner la mayor cantidad de páginas?

R: Para la viola. Wagner compuso un total de 712 páginas para este instrumento en los dramas que del »Cánon de Bayreuth«, es decir, El Holandés errante, Tannhäuser, Lohengrin, Los Maestros Cantores de Nürenberg, Tristán e Isolda, el Anillo del Nibelungo y Parsifal. Le siguen los primeros violines con 672 páginas, segundos violines con 666, los cellos con 623 y los contrabajos con 415.

¿Probable razón para ello y que hace este detalle no tan trivial? Aunque frecuentemente la viola se describe nada más que como un violín de mayor tamaño, las diferencias de sonoridad y registro de este hermoso instrumento son muy significativas. Su sonido es lleno, suave, grave, oscuro en todos sus registros, razón por la que le considera la “contralto” de la sección de cuerdas. Y probablemente en virtud de esta calidez de sonido es que Wagner le asignó un rol tan preponderante en sus obras.


El sitio web de la Fundación Richard Wagner de Chile.

Para más informaciones acerca de la vida y obra de Richard Wagner le invitamos a visitar nuestro sitio web https://www.frw.cl/




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